La educación en el género

La educación es y siempre ha sido una de las vías más útiles de mejora social. Asimismo, alrededor del propósito educativo, se han formado diferentes entornos y contextos que podemos aprovechar para promover la formación en materia de género. En esta entrada, plantearé iniciativas vistas desde los puntos de vista de la educación formal, de la no formal y de la informal, para combatir los prejuicios de género y educar a la población en la diversidad.

- Educación formal:

1. Introducir una asignatura centrada a la educación sexual y de género en los institutos; paliando, con ello, el desconocimiento sexual de los mismos. En lo referido a la materia del género, ayudaría a los adolescentes más perdidos a encontrar su identidad, a darse nombre.
2. Dentro del entorno de la escuela, consideraría interesante que los profesores hicieran más tutorías personalizadas con los alumnos, dentro de las cuales introducir de forma transversal la materia de género; es decir, ayudar a los jóvenes a encontrar un referente al que acudir en caso de sentirse perdidos o desamparados, alguien a quien acudir en caso de duda.
3. Por tanto, para cumplir con estos dos puntos, sería necesario, también, formar a los docentes en el género para que estos, a su vez, pudieran transmitir su conocimiento a los alumnos.

- Educación no formal:

1. En los centros cívicos, podría añadirse la figura de un formador/a de género, quien atendería dudas y acompañaría a las personas en el proceso de descubrimiento de su identidad de género.
2. Dentro de casales y otras iniciativas o espacios de ocio para niños y jóvenes, sería interesante añadir la educación en el género como objetivo transversal, contemplándose en la intencionalidad de todas las actividades que se planteen.

- Educación informal:

1. Dentro de la educación informal, consideraría oportuno efectuar campañas de publicidad televisiva.
2. Colocar carteles, anuncios llamativos en las escuelas, estaciones de metro...